jueves, 5 de agosto de 2010
EL CLASICO DEL TC SE CORRE EN SALTA
Trazando un paralelismo entre el fútbol y el automovilismo, es válido comparar el clásico entre Boca y River, con la rivalidad que existe entre Ford y Chevrolet dentro del Turismo Carretera.
La disputa entre las marcas más populares de la Máxima, es tan antigua como la historia del TC misma. En 1939 Ford se quedó con el primer campeonato de la categoría a través de Angel Lo Valvo. Para no ser menos, Chevrolet ganó los títulos de 1940 y 1941 de la mano del gran Juan Manuel Fangio.
Así, desde los tiempos de las viejas cupecitas su fue formando el Súperclasico del automovilismo argentino. El Chueco de Balcarce representó a Chevrolet durante la década del cuarenta hasta su migración a Europa, donde luego se consagró mundialmente en la Fórmula 1. Mientras que los hermanos Gálvez marcaron un hito en la historia de Ford y el TC: con nueve títulos de Juan y cinco de Oscar, los Gálvez fueron los dueños del Turismo Carretera entre 1947 y 1960.
En la historia más reciente de esta rivalidad de marcas, mención aparte merece Juan María Traverso. Ya en la etapa del Falcon y la Chevy, el Flaco ganó seis campeonatos en el TC, con la particularidad de que tres los consiguió con Ford (1977, 1978 y 1999) y tres con Chevrolet (1995,1996, 1997).
Mientras tanto, con el reciente título de Juan Manuel Silva, Ford sumó el título número 36 en su historia, 23 más que los conseguidos por Chevrolet, que a finales de la década del noventa y principios del 2000 vivió su etapa de gloria con las cuatro consagraciones de Guillermo Ortelli, en 1998, 2000, 2001 y 2002.
Los hinchas de Ford argumentan que el Falcon es fiel, espacioso y sobre todo, sinónimo de producción nacional. No es para menos: aunque los primeros modelos fueron importados, el Falcon comenzó a producirse en la Argentina desde 1963 y no se detuvo hasta 1991. Durante todos esos años, el coche cautivó a familias enteras con su robustez y confiabilidad otorgada en todas sus versiones (desde la más "tranquila" con su motor de 6 cilindros, 2.8 litros de cilindrada y 101 hp de potencia, hasta la más potente –el Sprint- con un motor de 6 cilindros, 3.6 litros de cilindrada y 166 hp).
Por su parte, la Chevy apareció en el país en 1969 tras una tibia aceptación de su predecesor, el Chevrolet 400. Se solía resaltar su novedoso diseño, su carácter deportivo y su equipamiento de lujo. Aunque tuvo varios modelos, la Chevy SS fue la responsable del fanatismo y afecto de miles de argentinos: la coupé podía llegar a los 180 kilómetros por hora gracias a su motor 250 de 6 cilindros, 4 litros de cilindrada y 155 hp de potencia.
En el Turismo Carretera la rivalidad entre fanáticos se acentúa (sobre todo porque aparecen los hinchas de Dodge y Torino, los otros gigantes del automovilismo local); y aunque Ford lleva ventaja en campeonatos, ninguna de las marca tiene la última palabra en este clásico de clásicos.
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